• Fortalece músculos y articulaciones. Tener extremidades inferiores débiles significa que tendrá problemas para caminar o pararse. Los ejercicios de fortalecimiento pueden incorporarse al entrenamiento de la marcha. Esto ayudará a que los músculos y las articulaciones de las extremidades inferiores puedan sostener su cuerpo.
• Aumenta la resistencia. Tener menor resistencia reduce su capacidad para realizar ciertas acciones correctamente. El entrenamiento de la marcha comienza con ejercicios básicos que aumentan gradualmente en dificultad y duración. La realización de estos ejercicios aumentará su resistencia con el tiempo.
• Normaliza su patrón de marcha. Un patrón de marcha normalizado significa poder caminar o pararse simétricamente. Los ejercicios de entrenamiento de la marcha le enseñarán a cambiar correctamente su peso y también a mejorar su velocidad al caminar.
• Mejora la postura y el equilibrio. Los ejercicios de entrenamiento de la marcha mejoran la fuerza de las extremidades inferiores. Esto le permite llevar su peso y moverlo a ambos lados hasta lograr el equilibrio. Recuperar el equilibrio también ayuda a mejorar su postura.
• Disminuye el riesgo de caídas. Además de ayudar a los pacientes a recuperar el equilibrio y la postura, el entrenamiento de la marcha también lo alienta a tener confianza en su equilibrio. En general, esto ayuda a disminuir el riesgo de caerse o tropezarse.
• Desarrolla la memoria muscular. La memoria muscular es el proceso de familiarizar su cerebro con cierto movimiento mediante acciones repetitivas. Esto ayudará a que sus movimientos sean precisos y rápidos.
• Reduce el riesgo de enfermedades crónicas. La inactividad solo debilita el cuerpo lesionado. De esta forma, prolonga tu proceso de recuperación. El entrenamiento de la marcha puede proporcionarle la actividad física regular que necesita para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas y osteoporosis.
• Mejora el bienestar cognitivo y emocional. Para aprender a caminar o pararse nuevamente significa que debe involucrar sus ojos, oídos y sistema musculoesquelético. Esto ayuda a mejorar su concentración y agudeza mental. Además, poder moverse con confianza e independencia le permite interactuar mejor con su entorno, lo que contribuye a tener un bienestar emocional más saludable.

El entrenamiento de la marcha implica un arduo trabajo de su parte. Cuando acaba de sufrir una lesión o una enfermedad que merma su capacidad para caminar, puede resultar muy difícil realizar incluso los ejercicios básicos. Sin embargo, recuerde que hay un equipo profesional que lo cuida.

Su médico no lo alentará a comenzar a entrenar hasta que determine que está lo suficientemente saludable para hacerlo. Una vez que comience, un terapeuta estará con usted en todo momento. Aunque la dificultad de los ejercicios aumentará gradualmente, el terapeuta se asegurará de que solo esté realizando las acciones que pueda manejar.

Ejercicios comunes para el entrenamiento de la marcha:

• Caminando en una caminadora
• Pasar sobre objetos
• Sentarse y levantarse
• Levantando tus piernas
• Levantar los talones y los dedos de los pies desde una posición sentada
• Levantar las rodillas hacia el pecho desde una posición acostada
• De pie sobre una pierna