Lesiones: ¿compresa caliente o compresa fría?

El uso de la terapia de frío y calor para tratar el dolor y la incomodidad puede resultar confuso. Si bien se ha demostrado que ambos son seguros y efectivos, saber cuándo usar estos métodos es crucial. En esta publicación de blog, lo ayudaremos a comprender cómo usar compresas frías y calientes. Sigua leyendo.

Terapia de calor: cómo funciona

El uso de la terapia de calor puede mejorar la circulación y el flujo sanguíneo en áreas específicas. La aplicación de una compresa caliente en el área afectada puede ayudar:

  • Aliviar el dolor y la incomodidad.
  • Incrementa la flexibilidad muscular.
  • Disminuir el dolor muscular.
  • Curar tejidos dañados
  • Reducir la rigidez de las articulaciones y los espasmos musculares.

Tipos de terapia de calor

El calor seco y el calor húmedo son los tipos más comunes de terapia de calor. Ambos métodos apuntan a que la temperatura ideal sea "cálida", en lugar de "caliente" (la temperatura máxima es de 42 grados centígrados).

Herramientas comunes para la terapia de calor seco:

  • Almohadillas térmicas
  • Paquetes calefactores
  • Saunas

Herramientas comunes para la terapia de calor húmedo:

  • Toallas al vapor
  • Paquetes de calentamiento húmedo
  • Baños calientes

Cuándo usar la terapia de calor:

  • Tratar el espasmo muscular
  • Aliviar los músculos adoloridos después de un entrenamiento o cualquier actividad física extenuante.
  • Para reducir el dolor y la rigidez de la espalda baja.
  • Para reducir el dolor de la ciática.
  • Para controlar los síntomas de la artritis crónica.

Cuándo no usar la terapia de calor:

La terapia de calor no es recomendable para personas con trastornos sensoriales como la diabetes, ya que podría provocar daños en los nervios. Otras afecciones preexistentes que no deben tratarse con terapia de calor incluyen:

  • Enfermedades vasculares
  • Dermatitis
  • Trombosis venosa profunda
  • Esclerosis múltiple (EM)

Terapia de frío: cómo funciona

La terapia de frío o crioterapia funciona al reducir el flujo sanguíneo a áreas específicas. Lo que puede reducir eficazmente la inflamación y la hinchazón que causa dolor o malestar. La terapia de frío también puede ayudar:

  • Reducir la actividad nerviosa
  • Reducir el dolor muscular
  • Estimular el sistema inmunológico

Tipos de terapia de frío

Hay diferentes formas de aplicar la terapia de frío. Las opciones de tratamiento incluyen:

  • Paquetes de gel congelado
  • Paquetes de hielo
  • Aerosoles de refrigerante
  • Baños de hielo
  • Masaje con hielo

Cuando usar la terapia de frío:

  • Dolor lumbar
  • Músculos hinchados
  • Esguinces
  • Son
  • Rodilla del corredor
  • Dolor de artritis

Cuándo no usar la terapia de frío:

Al igual que la terapia de calor, la terapia de frío no es recomendable para personas con trastornos sensoriales. Tampoco debe aplicar este método en músculos o articulaciones rígidos.

Por su propia seguridad, es mejor consultar a un fisioterapeuta

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Beneficios de la terapia de calor y qué evitar al usarla

La terapia de calor es una excelente forma de tratamiento para una variedad de condiciones de salud. Las personas que sufren de dolor crónico o agudo después de una lesión pueden encontrar alivio después de algunas sesiones de terapia de calor.

La circulación sanguínea mejora cuando se aplica calor a un área lesionada. Y con el aumento del flujo sanguíneo también viene un mayor suministro de nutrientes y oxígeno. Esto ayuda enormemente en el proceso de curación, alivia el dolor y reduce la inflamación.

Beneficios de la terapia de calor

  • Alivia el dolor
  • Relaja los músculos
  • Aumenta el flujo sanguíneo
  • Aporta proteínas y oxígeno a los tejidos.
  • Mejora la tensión y la rigidez
  • Ayuda a calentar antes del ejercicio
  • Reduce la inflamación
  • Reduce la rigidez articular
  • Detiene los espasmos musculares
  • Acelera la curación
  • Alivia el estrés

Aparte de sus efectos terapéuticos, la terapia de calor también tiene la gran ventaja de ser completamente natural, no invasiva y segura. Sin embargo, para asegurarse de que la terapia de calor se realice correctamente, debe consultar a un profesional.

Cuándo no usar la terapia de calor

  • En personas con dermatitis o infecciones cutáneas.
  • En personas con enfermedades vasculares, como trombosis venosa profunda
  • En personas con diabetes que tienen deficiencias sensoriales
  • En personas con deterioro cognitivo severo
  • En heridas abiertas

Qué evitar durante la terapia de calor

  • Configurar la temperatura demasiado alta. Para evitar quemaduras y molestias, la temperatura debe ser cálida en lugar de caliente.
  • Aplicar el calor directamente sobre la piel. Existen diferentes técnicas de termoterapia y la mayoría de ellas requieren aislamiento entre la fuente de calor y la zona tratada.
  • Dejar la fuente de calor sobre la zona durante demasiado tiempo. Es recomendable utilizar la terapia de calor en intervalos de 15 a 20 minutos.

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